Para nadie es un secreto que ya hay varios “destapados” que
buscan a como dé lugar hacerse de la candidatura de PRI o de la coalición que
forme el PAN para la alcaldía de Puebla.
Desde los primeros días de esta semana, algunas agrupaciones
priistas, de esos grupos que surgen quien sabe de dónde, se han pronunciado a
favor de que el candidato tricolor sea Enrique Agüera, el actual rector de la Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
A su vez el “delfín” del gobernador Rafael Moreno Valle, el
secretario de Infraestructura Antonio Gali incrementó su propaganda, claro está
disfrazada.
Lo mismo aparece en los espectaculares de toda la ciudad,
escudado en que se trata de la publicidad de una revista que lanzan spots con
su nombre amén de que su hijo de mismo mote: “Tony Gali” presenta en estos días
su segundo informe como diputado local.
El punto no es señalar los recovecos de la ley o reafirmar
que los ciudadanos somos bastante ingeniosos, por un lado, los políticos para
evadir los reglamentos del Instituto Electoral del Estado y por otro resulta
que las autoridades “no actúan de oficio” y “sólo procederán si hay una demanda”,
situación que sobra decir, nos da demasiada flojera presentar.
El meollo que esta noche me planteo es ¿por quién votar?
En menos de 6 meses, tendré el deber ciudadano de acudir a
la casilla y decidir quién quiero que gobierne la cuarta ciudad más grande en
México, durante 4 años y 8 meses.
Por el lado tricolor, me es imposible desdeñar que bajó la
tutela de Enrique Agüera se construyó el estadio Universitario, ese que a los 6
meses de ser inaugurado languideció y tras las lluvias perdió el techo en pleno
partido entre Lobos BUAP y Veracruz.
Agüera Ibáñez también avaló la construcción de la biblioteca
central de la BUAP, la cual antes de cumplir su primer año presentó el
desprendimiento de plafones, esta vez sin poder culpar al clima.
En contraparte, el titular de obras de Puebla, Antonio Gali
tampoco se encuentra libre de señalamientos sobre las obras que ha tenido bajo
su tutela.
Después de una semana de inaugurado la Red Urbana de
Transporte Articulado (RUTA) “metrobus”, se tuvo que cerrar la estación
Matamoros debido a que tendrán que construir un puente peatonal para que se
pueda ingresar al paradero, algo que debió preverse desde el proyecto escrito,
así como los daños causados a las viviendas en la zona de la Rivera Anaya.
Otra obra que se puede cuestionar en el caso de Gali Fayad,
es la del teleférico, principalmente tras la confirmación de que toda la
edificación que actualmente existe se realizó sin los permisos del ayuntamiento
ni el aval del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), poniendo
en riesgo la certificación de Ciudad Patrimonio Histórico de la Humanidad
otorgada por la UNESCO.
Así pues las ganas de votar se me esfuman antes siquiera de
iniciar las campañas y hartarme de spots propagandísticos.
Por ello exhorto tanto a los priistas como a los panistas de
Puebla a que busquen otros candidatos porque al menos los dos casos expuestos
no me satisfacen.
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