jueves, 24 de octubre de 2013

Pensión Universal y Seguro de Desempleo

Hace unas horas los diputados aprobaron una serie de reformas constitucionales que entre otras cosas darán paso a una la ley que obligue al gobierno federal a otorgar una Pensión Universal y un Seguro de Desempleo.

La medida suena bien, populista, pero bien. Sin embargo, me gustaría precisar algunas excepciones.

Por ejemplo, la Pensión Universal que se otorgará no tiene el objetivo de cumplir, ni siquiera, con los gastos mínimos que tendrá una persona en su vejez, sólo se trata de un apoyo para sufragar sus pagos, precisa el dictamen. Es decir, es un paliativo ante el envejecimiento de la población en México y la falta de una verdadera seguridad social.

Se ha especulado que en promedio cada adulto mayor recibirá un apoyo de 1 mil pesos de forma mensual.

También se establece que para comenzar a recibir el apoyo los solicitantes deberán contar con 65 años, aunque es necesario notar que la edad podría incrementarse de acuerdo con los estudios demográficos que se realicen más adelante.

Esto me lleva a pensar que si en un par de lustros o décadas se “descubre” que hay más viejos que jóvenes que trabajen para pagar las pensiones, entonces se ampliará la edad mínima para recibir el beneficio, con todas las consecuencias sociales que esto conllevaría.

En cuanto al Seguro de Desempleo se dejan fuera de este “beneficio” a las personas que no hayan cotizado al Seguro Social, una medida que me parece injusta sobre todo si consideramos que más de la mitad de los trabajadores en México (y 3 de cada 4 en Puebla) no cuentan con un empleo formal.

También quedaron excluidos aquellos trabajadores al servicio de algún poder ya sea ejecutivo, legislativo o judicial, es decir, todos los burócratas del país, lo que más o menos representa el 10 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA). 

Al respecto debo decir que si bien muchos de los oficinistas cuentan con mejores prestaciones que la población en general, éstos no son inmunes a despidos injustificados o sin previo aviso, por lo que considero que también deberían contar con ese derecho, pues son mexicanos que pagan sus impuestos.

A estas exclusiones habrá que agregarles un detalle: el Seguro de Desempleo será pagado por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), sí leyó bien, por el mismo instituto que está rebasado y que no es capaz de soportar financieramente sus propias pensiones.



martes, 8 de octubre de 2013

Las afores ¿pierden?

En las últimas semanas han llegado hasta los domicilios de los “asalariados” los estados de cuenta de las llamadas Afores, esas cuentas personales que supuestamente darán amplios rendimientos a la larga y que nos permitirán contar con un capital para vivir nuestra vejez de forma digna.

Sin embargo las noticias, fueron alarmantes…

Si ya de por sí es bastante trabajar cada día con la preocupación a cuestas de que un día seremos viejos y probablemente con una salud deficiente, ahora tendremos que inquietarnos por la “volatilidad” de los mercados internacionales.

Ante las miles de quejas que llegaron a la Consar (Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro), los responsables de cuidar el ahorro de todos los trabajadores, encontraron el pretexto perfecto para justificar que no hubo ganancias así como las pérdidas en las cuentas personales: la “volatilidad” de los mercados internacionales, encabezado por el “shotdown” que vive Estados Unidos.

La explicación es laxa, primero porque las pérdidas se reportaron en un periodo anterior a la decisión americana y la segunda porque no se señalan a los responsables de esas inversiones que no dieron buenos frutos.

Por más que me repitan una y otra vez que se trata de un ahorro a largo plazo y que las ganancias se verán en muchos años la verdad es que esta “volatilidad” me genera desconfianza para destinar parte de mi salario a una cuenta que me hace perder las aportaciones de todo el periodo anterior, los supuestos rendimientos que debería obtener y lo peor afecta, incluso, el ahorro que ya tenía.

El monto de lo perdido en cada cuenta personal ronda el 6 por ciento y me pregunto cuánto tiempo tendrá que pasar para que al menos recupere mi inversión inicial (ahorro), las aportaciones que hicimos mi patrón y yo y que no se vieron… y bueno para apreciar los rendimientos, supongo pasarán muchos años más.

El diablo está en los detalles, reza el dicho, y el fantasma de la amarga experiencia del Fobaproa (Fondo Bancario de Protección al Ahorro) ronda mi mente mientras escribo.

Las pensiones, el envejecimiento de la población en México, los servicios médicos de calidad y calidez, son temas que deberían estar en la agenda mediática porque se tratan de una bomba, literalmente, de tiempo.