Desde hace tiempo tengo ganas de hacer un alto en el camino. Hoy es un buen día.
El periodismo está en crisis, eso ya se sabe. Los
periodistas también estamos en crisis
y la causa de la ruina es la misma.
Las herramientas tecnológicas y el vorágine de la
información son la punta del iceberg de uno de los problemas más añejos de la
humanidad: la falta de periodistas.
Considero que no se trata sólo de generar mejores planes de
estudio o universidades que se especialicen en temas de corte social, que
incluyan clases de redacción, lectura, tecnologías digitales y hasta nociones
básicas de contabilidad y derecho.
El problema de la crisis del periodismo no es la academia.
Tampoco se trata de que los recién egresados sean unos
neófitos. En mi corta experiencia he conocido personas que llevan años en el
oficio diario y son fácilmente superados por jóvenes que aún no concluyen la
carrera.
Creo entonces que el antídoto a la crisis del periodismo es
la pasión. Si cada uno de los que tenemos la enorme responsabilidad de
comunicar e informar nos cuestionáramos seriamente, si el oficio del periodista
eso el lo que en verdad deseamos ejercer el resto de nuestras vidas, otra cosa
sería.
Empezaríamos por eliminar a todos los que se metieron a esto
para ser famosos, hacerse ricos o sentirse influyentes. Y después de esa
necesaria depuración, la historia, sin duda sería otra.
La crisis del periodista
Vivimos en un mundo mayoritariamente capitalista, eso es
innegable. Sumado a ello hay un excedente de comunicadores, periodistas,
comunicólogos y personas que ven en los medios una forma divertida de vivir, lo
que genera un abaratamiento de la mano de obra.
Por cada persona que trabaja en los medios existen al menos
otros 10 que buscan un lugar en ellos.
Este abaratamiento genera sueldos por debajo de la media
internacional, exceso de carga laboral y en algunos casos, la pérdida del
interés por realizar un verdadero periodismo.
El tiempo es oro argumentan en las redacciones, pero siguen
mandando órdenes de trabajo en donde se empalman uno o más eventos, con la
consigna: “lo recuperas”.
Con esas indicaciones ¿Cómo aspiramos a un periodismo
profesional, de investigación y responsable?
Es verdad que a muchos periodistas les falta dinero porque
sus sueldos no cumplen los requerimientos financieros de un profesional pero lo
que casi todos pelean es el tiempo.
Espacio para escribir, leer, hacer deporte, charlar con los
amigos, ir al cine, pintar, estar con la familia o tomar un segundo curso.
Esa
falta de tiempo es también parte de lo que afronta, día a día, un
periodista.
Diferencia en los contenidos, apuesta de las empresas
Ante la competencia y proliferación de medios, la apuesta de
las empresas dedicadas al periodismo debe ser la diferencia. Romper con la declaracionitis
y el boletinazo para ofrecerle a la sociedad contenidos de su interés.
La llamada agenda setting aún se mantiene alejada de la
agenda ciudadana. Afortunadamente las redes sociales como el Twitter cada día
cobran más fuerza recordándonos a los periodistas, que los temas de coyuntura
no necesariamente son los políticos.
El día que los periodistas logremos convencer a los dueños de los
medios, que además del sexo y la sangre hay temas que también venden, entonces
el valor del periodista y del periodismo retornarán.
Se agradecen comentarios en@ajdelafuente
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